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28 DE ENERO DE 201



IMPACTO DEL INMACULADO CORAZON


Todos ustedes sean muy bien bienvenidos, os saludo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hijitos míos, muy poco sacrificio hicieron, hijos míos adoremos a Dios con esta melodía, que no solo sientan la presencia mía sino la presencia del Amado Dios y que así como ustedes sientan esta bendición, sea llevada a vuestros hogares.

Hijitos míos, hijitos de mi corazón, hoy todos reciban de lo que Dios os ha regalado y de lo que yo hoy he traído que es la bendición de su gran amor, de su paz y la certeza de que yo estoy con cada uno de ustedes.

Hijitos míos, cuan grande es Dios y cuán grande es su misericordia, cuan grande es la presencia que ustedes se van a llevar a vuestros hogares y no podéis mancharla, no podéis apartarla de ustedes, debe de quedarse con cada uno de ustedes; muchos recibirán grandes bendiciones, os prometo este primer jueves, viernes y este primer sábado acompañarlos gratamente en unión, en unción y en santidad. Hijitos míos, hijitos de mi corazón os sigo implorando y os sigo pidiendo oración, penitencia y reparación. Hijitos  míos, pequeños míos, hijos carísimos todo se ha vuelto tan fetichismo, se ha envuelto en una masa incontrolable, en una masa de perdición, una masa de intolerancia, de flacidez al pecado y de humillación a todo un Dios, hijos míos no manchéis mas su Sagrado Manto y tampoco no clavéis mas espinas en su Sacratísimo Corazón, el Amado Jesús triste, doliente y acongojado por tantas cosas, miserias, patrañas y podredumbre que muchos hijos carísimos causan en su ser. Hijos carísimos atended al llamado del amor, de la paz, de la misericordia; Soy vuestra Señora de los Dolores.

Hijos míos, hijos carísimos no pongáis  barrera para recibir la bendición del Amado Dios, no pongáis tampoco artimañas ni cosas al parecer, avisen totalmente al amor de Dios, avisen a su infinita misericordia. Hijitos míos, muy pronto soplará el aire, un aire tan fuerte que viene a purificar, a limpiar, a destruir toda la obra y maldad de Santanas, será tan fuerte, tan estruendoso que toda la podredumbre que hay será quitada y muchos inocentes fallecerán en esto.

Hijitos míos, seguís retando a Dios, seguís retando lo que el os ha dicho, debéis enamorarse más de Él, Él también es un niño, Él es amor, Él también merece ser consolado, merece ser abrazado y no merece ser pisoteado. Hijitos míos, una vez más confirmo o repito lo mismo que el Amado Jesús ha dicho y quiero que se quede en vuestros corazones, una certeza de que así es, no una sarta de mentiras que ustedes en ocasiones en su poca mente y memoria se actualizan, se inventan y se crean, os digo hijitos míos que “Parecéis sepulcros blanqueados, por dentro esta la podredumbre, porque solo es lo que se ve por fuera y por dentro es nada” y es tan triste ver y tan ocioso saber que Dios os puede ayudar pero ustedes ni siquiera se dan a Él ni se entregan a su Divina Majestad, sino que se entregan al dominio de Santanas, al dominio de su podredumbre, al dominio de su nada, porque Satanás no es más que nada y Dios lo es todo. Hijos míos, hijos amadísimos y carísimos míos dejad que el amor, la gracia y la Santidad de Dios este con cada uno de ustedes y deberéis experimentar la gracia de decirle a Dios: “acompáñame”, y debéis creer que con cada visita y entrega a este lugar donde nos reunamos debéis creer que están siendo sanados, purificados, liberados, bendecidos y restaurados, debéis creerlo. Hijitos míos, porque si no se ve tan hermoso detalle no podréis experimentar mas del amor de Dios, esto es tan grande, tan bello y tan sublime que el Amado Jesús Eucaristía esta en este lugar, los ángeles Santos de Dios están en este lugar; cada uno de ustedes recibirá uno de ellos y os acompañará y debéis creerlo que en estos días os bendecirán. Hijitos míos con estos mensajes que yo os estoy dando, muchas otras personas se están alimentando de ellos.

Hijitos míos, nos vamos a  encontrar en el día de cuaresma y debemos de prepararnos para tal bendición, debemos prepararnos haciendo  40 días de ayuno y de abstinencia con el Señor, que cada día, cada hora, cada instante, cada minuto, cada milésima vive, padece, es flagelado, es crucificado, muere y en ocasiones no le dejan resucitar, esto se ve en los asesinatos, en la drogadicción, en el alcoholismo, en la prostitución, en las relaciones de géneros del mismo sexo, no sabéis aguantar y tampoco no sabéis mirar, por eso el Amado no resucita porque ustedes le detienen, no le aman y no le bendicen, apártense del pecado, apártense de la podredumbre de Satanás, apártense de tanto que conduce a tantas cosas de maldad y solo lastiman el Santo y Sacratísimo Corazón del Amado Jesús.

Amados míos, hijos carísimos míos, atended siempre al llamado, atended siempre como en el monte de Sion es tan bendecido, así serán ustedes en el amor del Amado Jesús. Vemos dos gracias, la primera en el Antiguo Testamento: “ El Padre Abraham con su hijo lo iba a entregar en sacrificio y obediencia en aquel monte como holocausto a Dios” y en el Nuevo Testamento vemos: “Monte del Calvario, El Padre entregándonos a su Hijo y no escatimando el dolor de su ser, sino que Él lo da a muerte, y el hijo tan obediente se entrega a muerte de cruz por la salvación, la liberación, la sanación, la bendición de toda una humanidad” así como en el monte con Abraham resplandeció la gracia y la mano de Dios, así en el Monte Calvario en el Santo Madero de la Cruz resplandece y florece el amor, la gracia del amor de Dios; el amor del Padre que se entrega a sus hijos, a través de su hijo Amado y Él en oración pedía: “Padre glorifícame” y el Padre le contestaba: “Yo te he glorificado ya” y los ángeles le servían, por eso debéis llevar a estos Santos ángeles que cada uno de ustedes tendrá y vivir Santamente en estos días para que al encontrarnos nuevamente el día sábado puedan los ángeles venir alegres y contentos al encuentro del Amor de Dios.

Hijitos míos debéis orar, en una nación habrán llantos, chispas, electricidades, fuego y humo, bloques grandes de hielo se desprenderán, navegaciones se hundirán, pero yo os doy la certeza de que yo estoy con ustedes y os bendecirá, y a las naves que van de un lado a otro trasladando personas también de ellas caerán, pero yo os aseguro que estaré con ustedes. Hijitos míos, hijitos de mi corazón, hijitos carísimos a todos los bendigo in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amén.